miércoles, 12 de agosto de 2009

Once meses ya...

Mi hijo Joaquín, desapareció un fatídico 11 de Septiembre de 2008, once meses de espera, 328 días de angustia, 7872 horas de recuerdos.
El tiempo pasa, pero mi hijo no, en mi corazón ha hecho su morada, y es el único gozo que me queda.
He aprendido que la mentira vence a la verdad, la acción cobarde de quienes saben y callan, de quienes miran a otro lado, de esa alimaña que me arrebato a mi hijo y esconde la verdad, de esos que disfrutan de una libertad que Joaquin no tiene.

Anoche soñé que oía
a Dios, gritándome: ¡Alerta!
Luego era Dios quien dormía,
y yo gritaba: ¡Despierta!

Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.

¡Oh tiempo en que mis dolores
tenían lágrimas buenas,
y eran como agua de noria
que va regando una huerta!
Hoy son agua de torrente
que arranca el limo a la tierra.

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